La historia de la humanidad no solo se cuenta en conquistas, ciudades y culturas: también en silencios. Silencios de cantos que ya no se escuchan, de pisadas que dejaron de marcar la tierra, de colores que se apagaron para siempre en la naturaleza. Desde que nuestra especie tomó protagonismo en el planeta, hemos acelerado un proceso que en condiciones naturales tarda millones de años: la extinción.
La magnitud de la pérdida
Se estima que más de 900 especies animales han desaparecido en los últimos 500 años a causa directa de la acción humana: caza excesiva, destrucción de hábitats, introducción de especies invasoras, contaminación y, en los últimos tiempos, el cambio climático. Y esta cifra es solo la punta del iceberg: la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) advierte que más de 1 millón de especies ?entre animales y plantas? están en riesgo de extinción en las próximas décadas si no se modifican nuestras formas de vivir y consumir.
Entre las víctimas de nuestra historia se encuentran especies icónicas como el dodo de Mauricio, el alca gigante del Atlántico Norte, el tigre de Tasmania o la paloma migratoria de Norteamérica, que llegó a ser el ave más abundante del continente y fue llevada al colapso en menos de un siglo.
El vínculo con nuestra identidad natural
En el universo Natural Rasta creemos que hablar de extinción no es solo hablar de animales lejanos: es hablar de nuestra propia raíz. Cada especie que se pierde representa un hilo que se corta en la trama de la vida, y esa trama es la misma que sostiene nuestras comunidades, nuestros alimentos y nuestros paisajes. Defender la diversidad natural es también defender la diversidad cultural y espiritual.
De la conciencia a la acción
No se trata de vivir con culpa, sino con responsabilidad. Así como cuidamos nuestras rastas como parte de nuestra identidad, también podemos cuidar la naturaleza que nos rodea como parte de un mismo camino. Apoyar proyectos de conservación, reducir el consumo innecesario y elegir modos de vida más respetuosos son pequeñas revoluciones que, juntas, hacen la diferencia.
Porque no se trata solo de cuántas especies hemos perdido, sino de cuántas estamos dispuestos a salvar.